En el momento que Intel lanzó su octava generación de procesadores de la familia Core, ya estaban plenamente informados de las fallas de seguridad críticas que afectaban a sus anteriores productos. 

El equipo Google Project Zero encontró tres vulnerabilidades de carácter critico en las arquitecturas de procesadores de Intel, dos de las cuales hoy se conocen como “Spectre” y “Meltdown”. El informe de estos errores fue creado a mediados de 2017, y entregado a los fabricantes de hardware bajo acuerdo de no divulgación hasta el día 3 de enero del presente año.

Esta ventana de tiempo fue más que suficiente para que Intel analizara y arreglara la seguridad de sus procesadores Coffee Lake, que como muchos sabrán, utilizan una arquitectura muy similar a la presente en los CPUs Kaby Lake y Skylake.

Esta situación ha obligado la preparación de actualizaciones críticas de sistema operativo y, posiblemente, necesitará una actualización de micro-código a la gran mayoría de los procesadores de Intel hoy presentes en el mercado. Todo esto con una lamentable perdida de rendimiento cuya culpa recae solamente en la irresponsabilidad de Intel.

Una situación curiosa pero no menos grave, es que el CEO de la empresa vendió 22 millones de dólares en acciones de la compañía hace algunos meses, una fecha donde solo ellos y otras empresas del rubro tenían conocimiento de estas catastróficas fallas de seguridad. ¿Coincidencia? No lo creo.

Fuente: techpowerup.com